| 1 | Así me dijo el Señor: «Ve y cómprate un cinturón de lino, y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua.» | |
| 2 | Conforme a las instrucciones del Señor, compré el cinturón y me lo puse en la cintura. | |
| 3 | Entonces el Señor me dijo por segunda vez: | |
| 4 | «Toma el cinturón que has comprado y que tienes puesto en la cintura, y ve a Perat, y escóndelo allí, en la grieta de una roca.» | |
| 5 | Fui entonces y lo escondí en Perat, tal como el Señor me lo había ordenado. | |
| 6 | Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: «Ve a Perat y busca el cinturón que te mandé a esconder allí.» | |
| 7 | Fui a Perat, cavé y saqué el cinturón del lugar donde lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada. | |
| 8 | Entonces el Señor volvió a decirme: | |
| 9 | «Así dice el Señor: De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén. | |
| 10 | Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su *corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada. | |
| 11 | Porque así como el cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así procuré que todo el pueblo de Israel y toda la tribu de Judá se ajustaran a mí afirma el Señor para que fueran mi pueblo y mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no obedecieron! | |
| 12 | »Diles también lo siguiente: Así dice el Señor, el Dios de Israel: ‘Todo cántaro se llenará de vino. Y si ellos te dicen: ‘¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro se debe llenar de vino?, | |
| 13 | entonces les responderás que así dice el Señor: ‘Voy a llenar de vino a todos los habitantes de este país: a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes y a todos los habitantes de Jerusalén. | |
| 14 | Haré que se despedacen unos a otros, padres e hijos por igual. No les tendré piedad ni lástima, sino que los destruiré sin compasión. Lo afirma el Señor. » | |
| 15 | ¡Escúchenme, préstenme atención! ¡No sean soberbios, que el Señor mismo lo ha dicho! | |
| 16 | Glorifiquen al Señor su Dios, antes de que haga venir la oscuridad y ustedes tropiecen contra los montes sombríos. Ustedes esperan la luz, pero Él la cambiará en densas tinieblas; ¡la convertirá en profunda oscuridad! | |
| 17 | Pero si ustedes no obedecen, lloraré en secreto por causa de su orgullo; mis ojos llorarán amargamente y se desharán en lágrimas, porque el rebaño del Señor será llevado al cautiverio. | |
| 18 | Di al rey y a la reina madre: «¡Humíllense, siéntense en el suelo, que ya no ostentan sobre su cabeza la corona de gloria!» | |
| 19 | Las ciudades del Néguev están cerradas, y no hay quien abra sus *puertas. Todo Judá se ha ido al destierro, exiliado en su totalidad. | |
| 20 | Alcen los ojos y miren a los que vienen del norte. ¿Dónde está el rebaño que te fue confiado, el rebaño que era tu orgullo? | |
| 21 | ¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes a los que tú mismo enseñaste a ser tus aliados predilectos? ¿No tendrás dolores como de mujer de parto? | |
| 22 | Y si preguntas: «¿Por qué me pasa esto?», ¡por tus muchos pecados te han arrancado las faldas y te han violado! | |
| 23 | ¿Puede el etíope cambiar de piel, o el leopardo quitarse sus manchas? ¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien, acostumbrados como están a hacer el mal! | |
| 24 | «Los dispersaré como a la paja que arrastra el viento del desierto. | |
| 25 | Esto es lo que te ha tocado en suerte, ¡la porción que he medido para ti! afirma el Señor. Ya que me has olvidado, y has confiado en la mentira, | |
| 26 | ¡yo también te alzaré las faldas hasta cubrirte el rostro y descubrir tus vergüenzas! | |
| 27 | He visto tus adulterios, tus relinchos, tu vergonzosa prostitución y tus abominaciones, en los campos y sobre las colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Hasta cuándo seguirás en tu *impureza?» | |