| 1 | Job, retomando la palabra, dijo: | |
| 2 | «¡Cómo añoro los meses que se han ido, los días en que Dios me cuidaba! | |
| 3 | Su lámpara alumbraba sobre mi cabeza, y por su luz podía andar entre tinieblas. | |
| 4 | ¡Qué días aquellos, cuando yo estaba en mi apogeo y Dios bendecía mi casa con su íntima amistad! | |
| 5 | »Cuando aún estaba conmigo el *Todopoderoso, y mis hijos me rodeaban; | |
| 6 | cuando ante mí corrían ríos de crema, y de las rocas fluían arroyos de aceite; | |
| 7 | cuando ocupaba mi puesto en el consejo de la ciudad, y en la plaza pública tomaba asiento, | |
| 8 | los jóvenes al verme se hacían a un lado, y los ancianos se ponían de pie; | |
| 9 | los jefes se abstenían de hablar y se tapaban la boca con las manos; | |
| 10 | los nobles bajaban la voz, y la lengua se les pegaba al paladar. | |
| 11 | Los que me oían, hablaban bien de mí; los que me veían, me alababan. | |
| 12 | Si el pobre recurría a mí, yo lo ponía a salvo, y también al huérfano, si no tenía quien lo ayudara. | |
| 13 | Me bendecían los desahuciados; ¡por mí gritaba de alegría el *corazón de las viudas! | |
| 14 | De justicia y rectitud me revestía; ellas eran mi manto y mi turbante. | |
| 15 | Para los ciegos fui sus ojos; para los tullidos, sus pies. | |
| 16 | Fui padre de los necesitados y defensor de los extranjeros. | |
| 17 | A los malvados les rompí la cara; ¡de sus fauces les arrebaté la presa! | |
| 18 | »Llegué a pensar: Moriré en mi propia casa; mis días serán incontables como la arena del mar. | |
| 19 | Mis raíces llegarán hasta las aguas; el rocío de la noche se quedará en mis ramas. | |
| 20 | Mi gloria mantendrá en mí su lozanía, y el arco en mi mano se mantendrá firme. | |
| 21 | »La gente me escuchaba expectante, y en silencio aguardaba mi consejo. | |
| 22 | Hablaba yo, y nadie replicaba; mis palabras hallaban cabida en sus oídos. | |
| 23 | Expectantes, absorbían mis palabras como quien espera las lluvias tardías. | |
| 24 | Si yo les sonreía, no podían creerlo; mi rostro sonriente los reanimaba. | |
| 25 | Yo les indicaba el camino a seguir; me sentaba a la cabecera; habitaba entre ellos como un rey entre su tropa, como quien consuela a los que están de luto. | |