1 El Señor me dirigió la palabra: |
2 «Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: Cuando yo envío la guerra a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela, |
3 si éste ve acercarse al ejército enemigo, toca la trompeta para advertir al pueblo. |
4 Entonces, si alguien escucha la trompeta pero no se da por advertido, y llega la espada y lo mata, él mismo será el culpable de su propia muerte. |
5 Como escuchó el sonido de la trompeta pero no le hizo caso, será responsable de su propia muerte, pues si hubiera estado atento se habría salvado. |
6 » Ahora bien, si el centinela ve que se acerca el enemigo y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte. |
7 »A ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, oirás la palabra de mi boca, y advertirás de mi parte al pueblo. |
8 Cuando yo le diga al malvado: ¡Vas a morir!, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. |
9 En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado pero tú habrás salvado tu vida. |
10 »Hijo de hombre, diles a los israelitas: Ustedes dicen: ‘Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir? |
11 Diles: Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir? |
12 »Tú, hijo de hombre, diles a los hijos de tu pueblo: Al justo no lo salvará su propia justicia si comete algún pecado; y la maldad del impío no le será motivo de tropiezo si se convierte. Si el justo peca, no se podrá salvar por su justicia anterior. |
13 Si yo le digo al justo: ‘¡Vivirás!, pero él se atiene a su propia justicia y hace lo malo, no se le tomará en cuenta su justicia, sino que morirá por la maldad que cometió. |
14 En cambio, si le digo al malvado: ‘¡Morirás!, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud, |
15 y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece los preceptos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá. |
16 No se le tomará en cuenta ninguno de los pecados que antes cometió, sino que vivirá por haber actuado con justicia y rectitud. |
17 »Los hijos de tu pueblo dicen: El Señor no actúa con justicia. En realidad, los que no actúan con justicia son ellos. |
18 Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello. |
19 Y si el malvado deja de hacer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá. |
20 A pesar de esto, ustedes siguen repitiendo: El Señor no actúa con justicia. Pero yo, israelitas, los juzgaré a cada uno de ustedes según su conducta.» |
21 El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad ha sido conquistada.» |
22 La noche antes de que llegara el fugitivo, la mano del Señor vino sobre mí y me dejó mudo. A la mañana siguiente, cuando vino el hombre, el Señor me devolvió el habla. |
23 Luego el Señor me dirigió la palabra: |
24 «Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel, anda diciendo: Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión. |
25 Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Ustedes comen carne con sangre, adoran a sus ídolos, y derraman sangre, ¿y aun así pretenden poseer el país? |
26 Además, confían en sus espadas, cometen abominaciones, viven en adulterio con la mujer de su prójimo, ¿y aun así pretenden poseer el país? |
27 »Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Tan cierto como que yo vivo, que los que habitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan por el campo abierto se los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. |
28 Convertiré al país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados, y nadie más pasará por ellos. |
29 Y cuando yo deje a este país como un desierto desolado por culpa de los actos detestables que ellos cometieron, sabrán que yo soy el Señor. |
30 »En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el Señor. |
31 Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después sólo buscan las ganancias injustas. |
32 En realidad, tú eres para ellos tan sólo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica. |
33 No obstante, cuando todo esto suceda y en verdad está a punto de cumplirse, sabrán que hubo un profeta entre ellos.» |