1 «¡Callen en mi presencia, costas lejanas! ¡Naciones, renueven sus fuerzas! Acérquense y hablen; reunámonos para juicio. |
2 »¿Quién ha hecho venir desde el oriente a aquel que siempre sale *victorioso? Pone a las naciones en sus manos; ante él los reyes se rinden. Con su espada los vuelve polvo, con su arco los dispersa como paja. |
3 Con paso firme los persigue por una senda que nunca antes pisó. |
4 ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y seré el mismo hasta el fin.» |
5 Lo han visto las costas lejanas, y temen; tiemblan los confines de la tierra. ¡Ya se acercan, ya vienen! |
6 Cada uno ayuda a su compañero, y le infunde aliento a su hermano. |
7 El artesano anima al joyero; y el que aplana con el martillo le dice al que golpea el yunque: «¡Es buena la soldadura!»; luego asegura el ídolo con clavos para que no se tambalee. |
8 «Pero tú, Israel, mi siervo, tú Jacob, a quien he escogido, simiente de Abraham, mi amigo: |
9 Te tomé de los confines de la tierra, te llamé de los rincones más remotos, y te dije: Tú eres mi siervo. Yo te escogí; no te rechacé. |
10 Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. |
11 »Todos los que se enardecen contra ti sin duda serán avergonzados y humillados; los que se te oponen serán como nada, como si no existieran. |
12 Aunque busques a tus enemigos, no los encontrarás. Los que te hacen la guerra serán como nada, como si no existieran. |
13 Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano *derecha; yo soy quien te dice: No temas, yo te ayudaré. |
14 No temas, gusano Jacob, pequeño Israel afirma el Señor, porque yo mismo te ayudaré; ¡el *Santo de Israel es tu redentor! |
15 »Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo. Trillarás las montañas y las harás polvo; convertirás en paja las colinas. |
16 Las aventarás y se las llevará el viento; ¡un vendaval las dispersará! Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel. |
17 »Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. |
18 Haré brotar ríos en las áridas cumbres, y manantiales entre los valles. Transformaré el desierto en estanques de agua, y el sequedal en manantiales. |
19 Plantaré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos; en áridas tierras plantaré cipreses, junto con pinos y abetos, |
20 para que la gente vea y sepa, y considere y entienda, que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado. |
21 »Expongan su caso dice el Señor; presenten sus pruebas demanda el rey de Jacob. |
22 Acérquense y anuncien lo que ha de suceder, y cómo fueron las cosas del pasado, para que las consideremos y conozcamos su desenlace. ¡Cuéntennos lo que está por venir! |
23 Digan qué nos depara el futuro; así sabremos que ustedes son dioses. Hagan algo, bueno o malo, para verlo y llenarnos de terror. |
24 ¡La verdad es que ustedes no son nada, y aun menos que nada son sus obras! ¡Abominable es quien los escoge! |
25 »Del norte hice venir a uno, y acudió a mi llamado; desde el oriente invoca mi *nombre. Como alfarero que amasa arcilla con los pies, aplasta gobernantes como si fueran barro. |
26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo anunció de antemano, para que dijéramos: Tenía razón? Nadie lo anunció ni lo proclamó; nadie les oyó proclamar mensaje alguno. |
27 Yo fui el primero en decirle a *Sión: ¡Mira, ya están aquí! un mensajero de buenas noticias. |
28 Miro entre ellos, y no hay nadie; no hay entre ellos quien aconseje, no hay quien me responda cuando les pregunto. |
29 ¡Todos ellos son falsos! Sus obras no son nada; sus ídolos no son más que viento y confusión. |