| 1 | He entrado ya en mi jardÃn, hermana y novia mÃa, y en él recojo mirra y bálsamo; allà me sacio del panal y de su miel. Allà me embriago de vino y leche; ¡todo esto me pertenece! | |
| 2 | ¡Coman y beban, amigos, y embriáguense de amor! Yo dormÃa, pero mi *corazón velaba. ¡Y oà una voz! ¡Mi amado estaba a la puerta! «Hermana, amada mÃa; preciosa paloma mÃa, ¡déjame entrar! Mi cabeza está empapada de rocÃo; la humedad de la noche corre por mi pelo.» | |
| 3 | Ya me he quitado la ropa; ¡cómo volver a vestirme! Ya me he lavado los pies; ¡cómo ensuciarlos de nuevo! | |
| 4 | Mi amado pasó la mano por la abertura del cerrojo; ¡se estremecieron mis entrañas al sentirlo! | |
| 5 | Me levanté y le abrà a mi amado; ¡gotas de mirra corrÃan por mis manos! ¡Se deslizaban entre mis dedos y caÃan sobre la aldaba! | |
| 6 | Le abrà a mi amado, pero ya no estaba allÃ. Se habÃa marchado, y tras su voz se fue mi *alma. Lo busqué, y no lo hallé. Lo llamé, y no me respondió. | |
| 7 | Me encontraron los centinelas mientras rondaban la ciudad; los que vigilan las murallas me hirieron, me golpearon; ¡me despojaron de mi manto! | |
| 8 | Yo les ruego, mujeres de Jerusalén, que si encuentran a mi amado, ¡le digan que estoy enferma de amor! | |
| 9 | Dinos, bella entre las bellas, ¿en qué aventaja tu amado a otros hombres? ¿En qué aventaja tu amado a otros hombres, que nos haces tales ruegos? | |
| 10 | Mi amado es apuesto y trigueño, y entre diez mil hombres se le distingue. | |
| 11 | Su cabeza es oro puro; su cabellera es ondulada y negra como un cuervo. | |
| 12 | Sus ojos parecen palomas posadas junto a los arroyos, bañadas en leche, montadas como joyas. | |
| 13 | Sus mejillas son como lechos de bálsamo, como cultivos de aromáticas hierbas. por las que fluye mirra. | |
| 14 | Sus brazos son barras de oro montadas sobre topacios. incrustado de zafiros. | |
| 15 | Sus piernas son pilares de mármol que descansan sobre bases de oro puro. Su porte es como el del LÃbano, esbelto como sus cedros. | |
| 16 | Su paladar es la dulzura misma; ¡él es todo un encanto! ¡Tal es mi amado, tal es mi amigo, mujeres de Jerusalén! | |