| 1 | Ana elevó esta oración: «Mi *corazón se alegra en el Señor; en él radica mi poder. y burlarme de mis enemigos. | |
| 2 | »Nadie es santo como el Señor; no hay *roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie como él! | |
| 3 | »Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez; ¡no profieran palabras soberbias! El Señor es un Dios que todo lo sabe, y él es quien juzga las acciones. | |
| 4 | »El arco de los poderosos se quiebra, pero los débiles recobran las fuerzas. | |
| 5 | Los que antes tenÃan comida de sobra se venden por un pedazo de pan; los que antes sufrÃan hambre ahora viven saciados. La estéril ha dado a luz siete veces, pero la que tenÃa muchos hijos languidece. | |
| 6 | »Del Señor vienen la muerte y la vida; él nos hace bajar al *sepulcro, pero también nos levanta. | |
| 7 | El Señor da la riqueza y la pobreza; humilla, pero también enaltece. | |
| 8 | Levanta del polvo al desvalido y saca del basurero al pobre para sentarlos en medio de prÃncipes y darles un trono esplendoroso. »Del Señor son los fundamentos de la tierra; ¡sobre ellos afianzó el mundo! | |
| 9 | Él guiará los pasos de sus fieles, pero los malvados se perderán entre las sombras. ¡Nadie triunfa por sus propias fuerzas! | |
| 10 | »El Señor destrozará a sus enemigos; desde el cielo lanzará truenos contra ellos. El Señor juzgará los confines de la tierra, fortalecerá a su rey y enaltecerá el poder de su *ungido.» | |
| 11 | Elcaná volvió a su casa en Ramá, pero el niño se quedó para servir al Señor, bajo el cuidado del sacerdote ElÃ. | |
| 12 | Los hijos de Elà eran unos perversos que no tomaban en cuenta al Señor. | |
| 13 | La costumbre de estos sacerdotes era la siguiente: Cuando alguien ofrecÃa un sacrificio, el asistente del sacerdote se presentaba con un tenedor grande en la mano y, mientras se cocÃa la carne, | |
| 14 | metÃa el tenedor en la olla, en el caldero, en la cacerola o en la cazuela; y el sacerdote tomaba para sà mismo todo lo que se enganchaba en el tenedor. De este modo trataban a todos los israelitas que iban a Siló. | |
| 15 | Además, antes de quemarse la grasa, solÃa llegar el ayudante del sacerdote para decirle al que estaba por ofrecer el sacrificio: «Dame carne para el asado del sacerdote, pues no te la va a aceptar cocida, sino cruda.» | |
| 16 | Y si el hombre contestaba: «Espera a que se queme la grasa, como es debido; luego podrás tomar lo que desees», el asistente replicaba: «No, dámela ahora mismo; de lo contrario, te la quito por la fuerza.» | |
| 17 | Asà que el pecado de estos jóvenes era gravÃsimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecÃan. | |
| 18 | El niño Samuel, por su parte, vestido con un *efod de lino, seguÃa sirviendo en la presencia del Señor. | |
| 19 | Cada año su madre le hacÃa una pequeña túnica, y se la llevaba cuando iba con su esposo para ofrecer su sacrificio anual. | |
| 20 | Elà entonces bendecÃa a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que el Señor te conceda hijos de esta mujer, a cambio del niño que ella pidió para dedicárselo al Señor.» Luego regresaban a su casa. | |
| 21 | El Señor bendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecÃa en la presencia del Señor. | |
| 22 | ElÃ, que ya era muy anciano, se enteró de todo lo que sus hijos le estaban haciendo al pueblo de Israel, incluso de que se acostaban con las mujeres que servÃan a la entrada del santuario. | |
| 23 | Les dijo: «¿Por qué se comportan as� Todo el pueblo me habla de su mala conducta. | |
| 24 | No, hijos mÃos; no es nada bueno lo que se comenta en el pueblo del Señor. | |
| 25 | Si alguien peca contra otra persona, Dios le servirá de árbitro; pero si peca contra el Señor, ¿quién podrá interceder por él?» No obstante, ellos no le hicieron caso a la advertencia de su padre, pues la voluntad del Señor era quitarles la vida. | |
| 26 | Por su parte, el niño Samuel seguÃa creciendo y ganándose el aprecio del Señor y de la gente. | |
| 27 | Un hombre de Dios fue a ver a ElÃ, y le dijo: «Asà dice el Señor: Bien sabes que yo me manifesté a tus antepasados cuando estaban en Egipto bajo el poder del faraón. | |
| 28 | De entre todas las tribus de Israel, escogà a Aarón para que fuera mi sacerdote, es decir, para que en mi presencia se acercara a mi altar, quemara el incienso y se pusiera el *efod. Además, a su familia le concedà las ofrendas que los israelitas queman en mi honor. | |
| 29 | ¿Por qué, pues, tratan ustedes con tanto desprecio los sacrificios y ofrendas que yo he ordenado que me traigan? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mÃ, y los engordas con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? | |
| 30 | »Por cuanto has hecho esto, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo habÃa prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirÃan siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian. | |
| 31 | En efecto, se acerca el dÃa en que acabaré con tu poder y con el de tu familia; ninguno de tus descendientes llegará a viejo. | |
| 32 | Mirarás con envidia el bien que se le hará a Israel, y ninguno de tus descendientes llegará a viejo. | |
| 33 | Si permito que alguno de los tuyos continúe sirviendo en mi altar, será para empañarte de lágrimas los ojos y abatirte el *alma; todos tus descendientes morirán en la flor de la vida. | |
| 34 | Y te doy esta señal: tus dos hijos, Ofni y Finés, morirán el mismo dÃa. | |
| 35 | »Pero yo levantaré a un sacerdote fiel, que hará mi voluntad y cumplirá mis deseos. Jamás le faltará descendencia, y vivirá una larga vida en presencia de mi *ungido. | |
| 36 | Y los familiares tuyos que sobrevivan vendrán y de rodillas le rogarán que les regale una moneda de plata o un pedazo de pan. Le suplicarán: ¡Dame algún trabajo sacerdotal para mi sustento! » | |