| 1 | Job, retomando la palabra, dijo: | |
| 2 | «Juro por Dios, el *Todopoderoso, quien se niega a hacerme *justicia, quien me ha amargado el ánimo, | |
| 3 | que mientras haya vida en mà y aliento divino en mi nariz, | |
| 4 | mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras. | |
| 5 | Jamás podré admitir que ustedes tengan la razón; mientras viva, insistiré en mi integridad. | |
| 6 | Insistiré en mi inocencia; no cederé. Mientras viva, no me remorderá la conciencia. | |
| 7 | »¡Que terminen mis enemigos como los malvados y mis adversarios como los injustos! | |
| 8 | ¿Qué esperanza tienen los impÃos cuando son eliminados, cuando Dios les quita la vida? | |
| 9 | ¿Escucha Dios su clamor cuando les sobreviene la angustia? | |
| 10 | ¿Acaso se deleitan en el Todopoderoso, o claman a Dios en todo tiempo? | |
| 11 | »¡Yo les voy a mostrar algo del poder de Dios! ¡No les voy a ocultar los planes del Todopoderoso! | |
| 12 | Si ustedes mismos han visto todo esto, ¿a qué viene tanta palabrerÃa?» | |
| 13 | «Ésta es la herencia que Dios tiene reservada para los malvados; ésta es la herencia que los desalmados recibirán del *Todopoderoso: | |
| 14 | No importa cuántos hijos tengan, la espada los aguarda; jamás sus pequeños comerán hasta saciarse. | |
| 15 | La muerte sepultará a quienes les sobrevivan; sus viudas no llorarán por ellos. | |
| 16 | Y aunque amontonen plata como polvo, y apilen vestidos como arcilla, | |
| 17 | será el justo quien se ponga esos vestidos, y el inocente quien reparta esa plata. | |
| 18 | Las casas que construyen parecen larvas de polilla, parecen cobertizo de vigilancia. | |
| 19 | Se acuestan siendo ricos, pero por última vez: cuando despiertan, sus riquezas se han esfumado. | |
| 20 | Les sobreviene un diluvio de terrores; la tempestad los arrebata por la noche. | |
| 21 | El viento del este se los lleva, y desaparecen; los arranca del lugar donde viven. | |
| 22 | Se lanza contra ellos sin clemencia, mientras ellos tratan de huir de su poder. | |
| 23 | Agita las manos y aplaude burlón; entre silbidos, los arranca de su lugar.» | |